Un pequeño pueblo, precioso, de apenas 195 habitantes, incluidas las 9 monjas del Monasteri de Santa María.
Lo primero que visitamos fue las Cavas L’Olivera. Una pequeña cava, artesanal, donde fabrican vino, cava y aceite, ecológico. Los trabajadores, todos dispacitados. Una pequeña producción de altísima calidad.
A las las personas que no podían andar, las subieron en furgoneta hasta la puerta de las cavas.
La cava, totalmente accesible a sillas de ruedas.